Hitler y Franco
Payne analiza la relación entre Franco y Hitler.
Dos personalidades complejas y dominantes.
De la lectura preliminar de este libro la primera conclusión es que el dictador Franco fue más sibilino y mucho más listo, la prepotencia de Hitler le hundió en más de un frente. El resultado fueron sus largos años de gobierno dictatorial sobre sus ciudadanos, cosa que los aliados no permitieron con la Alemania que pretendía crear Hitler y con el Imperio que pretendía acrecentar. Mientras las ambiciones de Hitler decrecieron, los dominios robados por el golpe de estado del ejército de Franco mantuvieron aprisionada a toda una población sumida en una profunda crisis en la que el hambre estaba a la orden del día.
El libro se adentra en cómo se llevaron a cabo estas relaciones entre estos dos mandatarios que tal como escribe Stanley G Payne, fueron: “….relaciones, controvertidas, entre Franco y Hitler…… modo de llevarlas y de empezar a superarlas contribuyó a la supervivencia del régimen de Franco”. Payne informa y advierte de que la mayoría de información española ha desaparecido, pero la Fundación Francisco Franco si que ha aportado numerosa información muy válida para la elaboración de este trabajo: mientras que no ha pasado lo mismo con la que se guardaba en Alemania que se ha conservado mucho más. Con todo esto Payne ha podido analizar ese punto de unión entre los dos regímenes personalizados por ambos mandatarios sobretodo durante la Guerra Civil, sobre la política e influencia de Hitler en Franco y el la política española y en lo que ello tuvo como consecuencias. La Guerra Mundial ocupa gran parte de las relaciones entre Madrid y Berlín, como dice Payne: “desde sus dimensiones políticas, militares y económicas. Uno de los capítulos explica los términos exactos de la colaboración directa con Alemania, mientras otro analiza el significado de la División Azul. Otros dos capítulos están dedicados a la política española con respecto al Holocausto. Las dos personalidades tuvieron enormes diferencias entre los dos mandatarios y por extensión entre los dos regímenes y, por tanto, en la forma de hacer política, por ejemplo:” La obra explica también la incertidumbre y la resistencia creciente de Franco a la entrada directa en la guerra, y la progresiva diferenciación y desfascistización, aunque incompleta, del régimen español”. En el libro Payne confirma que:” El régimen de Franco colaboró mucho más con la Alemania de Hitler que cualquier otro gobierno europeo que no participara en la guerra, tanto en la dimensión de la diplomacia, como en relaciones comerciales y económicas, intercambio cultural, la utilización de la propaganda, y hasta en aspectos técnicos militares de varios tipos, que incluían el envío de una división especial de tropas españolas, la famosa “División Azul,” para combatir con la Wehrmacht en el frente ruso”. El régimen de Franco, respecto a los aliados, pagó “un poco”, su estrecha relación con Hitler: “…la relación especial y la colaboración con el Tercer Reich mancillaban al régimen español con lo que se ha llamado con frecuencia “el estigma del Eje”. Esto abocó a una situación de semi-aislamiento del gobierno de Franco después de la guerra, que duró hasta el comienzo de la Guerra Fría”. Pero, seguro que más de una vez nos hemos preguntado cómo y cuándo se inició la alianza Hitler-Franco. Payne nos lo cuenta:”… surgió de repente y de un modo imprevisto en 1936….El estallido de la Guerra Civil en julio de 1936 creó una nueva y dramática situación, en la que Franco, como jefe de la parte más importante de las fuerzas sublevadas, supo que necesitaba desesperadamente algún apoyo militar exterior. Todo esto cogió por sorpresa a Hitler, que nunca había demostrado interés en los asuntos de España. Después de una conversación con representantes de Franco en la noche del 25 de julio, tomó la decisión de mandar una cantidad —al comienzo bastante limitada— de aviones, otras armas y un poco de personal militar a la fuerzas de Franco. Luego, esta modesta ayuda inicial aumentó y se extendió hasta el final de la Guerra Civil…”. Pero en tiempos precedentes a la Guerra Civil: “Franco había visitado brevemente la Academia de Infantería en Dresde en 1928, no tenía ninguna conexión personal de importancia con Alemania antes de la Guerra Civil, como tampoco demostró el menor interés especial en el fascismo dentro o fuera de España. Adolf Hitler tenía aún menos interés en España. El pensamiento de Hitler estuvo dominado por sus doctrinas raciales, en las cuales España no ocupaba un lugar de la menor importancia. Casi no se menciona España en su Mein Kampf, porque prefería dejar el sur de Europa en la esfera de Mussolini”. Lo que da por pensar que Hitler y Alemania vieron en Franco, en España y en la Guerra Civil un campo experimental para la guerra que se anunciaba y porqué no una prolongación de sus ideas y de su poder. Payne nos explica más severamente el por qué de la ayuda de Hitler:” Intervino originalmente por motivos geoestratégicos, para combatir a un régimen izquierdista (que se presumía pro-soviético) en España, para ganar un amigo político y para debilitar la situación estratégica de Francia…”. La alianza soviética con la República, según Payne, también influyó en la decisión de Hitler que con esta guerra se unió, aún más a Mussolini.A nivel internacional el mandatario alemán también sacó fruto de su intervención en la guerra civil española:” utilizó la guerra española como factor de distracción en las relaciones internacionales, para desviar la atención de Londres y París de su programa de rearme y de los primeros pasos de su propia expansión….” Pero además Payne va mucho más allá: “ Deseaba el triunfo de Franco pero no quería una victoria rápida, sino la continuación de la guerra en la península hasta que hubiera consolidado la situación del Tercer Reich. Cuando la guerra terminó en la primavera de 1939, Hitler había triunfado por completo con su política en España”. El general Franco, mientras tanto y durante la guerra también se aproxima a Mussolini: “…la postura política de Franco se radicalizó mucho y en 1937 empezó la construcción de un régimen nuevo, basado parcialmente en el régimen de Italia, más moderado, semi-católico, y un país mucho más parecido a España…”. De esta forma, cuando llegó el fin de la guerra civil en España, Franco consideraba a Hitler y a Mussolini como algo más que dos aliados, los consideraba amigos, aunque según señala Payne:” por razones obvias, consideraba a Hitler y Mussolini los mejores amigos de su gobierno. Es posible que Franco jamás entendiera completamente a Hitler, a su doctrina y al Tercer Reich, pero esperaba mantener el favor y la ayuda de Berlín y de Roma en sus grandes planes de desarrollo militar de España…..”. Planes que se truncaron porque el país padecía una hambruna descomunal, sólo camuflada por la miseria y los efectos del silencio de la dictadura. Según Payne a Franco le sorprendió el estallido de la Segunda Guerra Mundial, aunque sabía o temía que le debía a Berlín algún que otro apoyo: logístico, económico, político…..Franco se declara neutral, pero…..la historia siempre será historia, así que una vez Francia es dominada y algunos de sus mandatarios humillados, el dictador español cambia de rumbo:”…. con la caída de Francia…casi todo el mundo creía que Hitler estaba al borde de una victoria total y Franco expresó el interés del gobierno español de participar en la guerra al lado de Alemania. Durante seis semanas el Fuhrer mostró poco o ningún interés, creyendo Inglaterra al borde del colapso. Su única consideración hacia España era como fuente de materias primas, como subordinada económica en el Grossraumwirtschaft del Reich, algo que Franco no entendía….”. Pero en poco tiempo Hitler cambia como lo había hecho anteriormente Franco:” La actitud de Hitler hacia España cambió en agosto de 1940 cuando comprobó que el gobierno de Churchill seguía resistiendo. Empezó a solicitar la entrada de España en la guerra para facilitar la toma de Gibraltar y la clausura del Mediterráneo. Las negociaciones serias tuvieron lugar en septiembre y octubre, y culminaron en el famoso encuentro de Franco y Hitler en Hendaya”. Pero aquí llegamos a un punto interrogante;¿qué pasó en Hendaya?. Payne dice lo siguiente: “no pudieron ponerse completamente de acuerdo. La posición básica de Franco era, como decía a su cuñado y ministro de exteriores Serrano Suñer: “España no puede entrar por gusto”. Tendría que tener aseguradas contrapartidas importantes: la cesión de todo Marruecos, el oranesado en Argelia y mucho territorio francés en África occidental, más gran apoyo militar y económico. Hitler no estuvo dispuesto a conceder tanto. El nuevo régimen francés de Vichy era un satélite importante, cuya ayuda económica y complacencia estratégica necesitaba Alemania, y no podía ultrajarlo con la entrega de una gran parte de su imperio”. Franco pidió y pidió, la pregunta es:¿sabía que si pedía lo que Hitler no estaba dispuesto a dar se libraría de una guerra larga sumiendo a España en una pobreza aún mayor…?. Payne resume lo que fue la intervención de España y Franco en la Segunda Guerra Mundial:”El periodo de la no-beligerancia española se puede dividir en dos etapas. La primera, desde junio de 1940 hasta diciembre de 1942, en la que Franco y sus colaboradores pensaron intervenir, primero casi en seguida y luego eventualmente, una vez que España se hubiera fortalecido y Alemania hubiera provisto las contrapartidas necesarias. Finalmente, con el éxito del desembarco de los Aliados en el norte de África, vieron que nunca sería aconsejable la entrada de España, puesto que Hitler ya no podía alcanzar la victoria. En la segunda etapa, entre diciembre de 1942 y octubre de 1943, se mantenía oficialmente la no beligerancia, pero ya sin intención de intervenir en el conflicto, sino más bien de ayudar a Alemania a obtener los términos de una paz por separado en el occidente de Europa”.
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cesar -