Tomar el pulso del Pirineo.

El hombre y la tierra. El Pirineo y la miel de la vida.

Estamos ante un documental que sumándole un minuto a los ochenta precedentes es un compendio de habilidad didáctica. Se convierte así, como nos lo presenta Eduardo Martínez de Pisón, en: “la mejor documentación de un hecho, de un lugar, de una montaña y de sus gentes…Esta película es un documental actual y desde dentro de una montaña, el Pirineo Aragonés, fiel con sus voces, a las que permiten expresar sus puntos de vista, actitudes y argumentos... Al fondo está la montaña, el lugar que tal vez nos sirve, o que quizá nos engrandece.

 

El director es Daniel Orte Menchero un apasionada de la montaña que se acercó al mundo de la película documental desde que su abuelo, seguro que sin premeditación, le regaló una Leica con la que Daniel se inició en la fotografía. …pero sus lugares preferidos de montaña le marcaron aún más, así conoce: el Pirineo, los Alpes, el Atlas, los Andes y el Himalaya.

Estudia Ciencias Ambientales y marcha a vivir al Valle de Benasque, trabaja en la estación de esquí y ya más en contacto con la naturaleza como guía de montaña y guarda de refugio, pero en los ratos libres se “acuerda” de su otra pasión y cámara en mano ha realizado varios cortos de temática montañera y conservacionista, destacando entre ellos “Mi último valle” y “Acta de defunción por Espelunciecha”; después del buen resultado en estas experiencias y del reconocimiento, Daniel Orte se inicia con este largometraje documental que ahora presenta, “Territorio de abejas, paisaje de hombres”. Les aseguramos que todos aquellos que lo han visto salen satisfechos…

 

El documental es una reflexión clara y contundente sobre los cambios que sufre el Pirineo y las consecuencias en las diferentes comunidades y en sus habitantes; entre los testimonios, cabe destacar  la participación de Eduardo Martínez de Pisón: “La mano del autor deja libertad a la realidad filmada en momentos confusos de transformación territorial y social, de urbanización y paisajes heridos; delante están las gentes, que hace o padecen; al fondo, la montaña”.